Como resultado de una explosión o un incendio pueden produ- cirse situaciones que requieran la ejecución de un plan de emergencia.
Una explosión puede ir seguida o no de incendio, pero en la mayoría de los casos genera un efecto devastador que puede herir e incluso causar la muerte a las personas que se encuentren en sus proximidades y/o causar daños materiales en las instala- ciones, según el caso. Una explosión puede producir también una confusión generalizada, que provoque la parada inmediata de los procesos de fabricación o de parte de ellos y el desplaza- miento simultáneo de gran cantidad de personas. Si no se consigue controlar y organizar inmediatamente la situación, se crean situaciones de pánico que pueden dar lugar a daños perso- nales y materiales de mayor magnitud.
Cuando en un incendio exista la posibilidad de que el humo liberado por el material en combustión o el propio fuego alcance a otras partes del inmueble y/o deje a personas atrapadas, será necesario realizar evacuaciones u operaciones de rescate masivas.
Siempre que se producen desplazamientos masivos de personas, surgen problemas de tráfico, especialmente si es necesario utilizar carreteras, calles o áreas públicas. Si no se ha previsto este problema y no se han planificado con antelación las medidas oportunas, se producirán cuellos de botella que obsta- culizarán e impedirán la extinción del incendio y los trabajos de rescate.
La evacuación de un gran número de personas, especialmente en edificios altos, también puede plantear dificultades. Para una evacuación correcta, no sólo es necesario disponer de vías de escape adecuadas, sino también realizar la evacuación de forma ágil. A este respecto, hay que prestar especial atención a las necesidades de las personas discapacitadas.
Así pues, los métodos de evacuación deben estar incluidos en el plan de emergencia y ser comprobados periódicamente mediante simulacros de incendios en los que también pueden simularse problemas de tráfico. En estos simulacros deberán intervenir todas las organizaciones participantes y afectadas, periódicamente. Después de cada ejercicio, se celebrará una reunión para comentar los fallos detectados y buscar la causa. Habrá que tomar también las medidas oportunas para evitar que los mismos fallos se repitan en ejercicios futuros, suprimiendo todas las dificultades y revisando, en caso necesario, el plan de emergencia.
Deberá guardarse la información pertinente de todos los ejer- cicios y simulacros de evacuación realizados.
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