sábado, 11 de mayo de 2013

Control de los microorganismos en ambientes de interior (I)

El determinante fundamental del crecimiento microbiano y la producción de células y esporas que pueden convertirse en aero- soles en ambientes de interior es el agua, y el control debe conseguirse reduciendo la posibilidad de humedad en lugar de utilizar biocidas. El control requiere un mantenimiento apropiado y una reparación adecuada del edificio, lo que incluye un secado rápido y la eliminación de las causas de escapes e inundaciones (Morey 1993a). Aunque a menudo se cita el mantenimiento de la humedad relativa de las habitaciones a un nivel inferior al 70 % como medida de control, ésta sólo es eficaz si la temperatura de las paredes y de otras superficies está próxima a la temperatura del aire. En la superficie de las paredes con escaso aislamiento, la temperatura puede estar por debajo del punto de condensación,
por lo que se desarrolla condensación y crecen hongos hidrófilos e incluso bacterias (Flannigan 1993). Una situación similar puede producirse en climas tropicales o subtropicales húmedos en los que la humedad del aire que penetra la cubierta de un edificio con aire acondicionado se condensa en la superficie interna del refrigerador (Morey 1993b). En estos casos, el control depende del diseño y del uso correcto de las barreras de aisla- miento y del vapor. Junto con rigurosas medidas de control de la humedad, los programas de mantenimiento y limpieza deben asegurar la eliminación del polvo y otros productos de desecho que proporcionan nutrientes para el crecimiento y que actúan como reservorios de microorganismos.

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