jueves, 9 de mayo de 2013

Normas y directrices (I)

Aunque algunas organizaciones han clasificado los niveles de contaminación del aire interior y del polvo (Tabla 44.16), debido a los problemas con los muestreadores de aire ha habido una resistencia justificable a definir patrones numéricos o valores normativos. Se ha observado que la carga microbiana de transmisión aérea en los edificios con sistemas de aire acondicio- nado deben ser claramente inferiores a las presentes en el aire atmosférico, mientras que las diferencias entre los edificios con ventilación natural y el aire atmosférico son menores. La ACGIH (1989) recomienda utilizar el orden de rango de las especies de hongos en el aire interior y atmosférico para interpretar los datos del muestreo del aire. La presencia o preponderancia de algunos mohos en el aire interior, pero no en el aire atmosférico, podría ser indicio de un problema en el interior de un edificio. Por ejemplo, la abundancia de mohos hidrófilos como Stachybotrys atra en el aire interior indica casi siempre un lugar muy húmedo de cultivo dentro de un edificio.

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