viernes, 7 de junio de 2013

Efectos de la violencia en la víctima

El trauma resultante de la agresión física depende de la naturaleza del ataque y de las armas empleadas. Las víctimas suelen presentar magulladuras y cortes en las manos y en los antebrazos
si han intentado defenderse. Puesto que el rostro y la cabeza son objetivos habituales, las magulladuras y las fracturas de los huesos faciales son frecuentes y pueden causar traumas psicológicos, ya que la hinchazón y la equimosis resultan muy llamativas y tardan semanas en desaparecer (Mezey y Shepherd 1994).
Los efectos psicológicos causan más problemas que los trau- matismos, sobre todo si un trabajador sanitario ha sido agredido por un paciente. Las víctimas experimentan una pérdida de serenidad y de autoconfianza en su competencia profesional, a lo que se añade un sentimiento de culpa por haber provocado la agresión o por no haberla previsto. Persiste en ellas una cierta rabia, indiscriminada o personalizada, ante el aparente rechazo de sus bienintencionados esfuerzos profesionales y una pérdida de confianza en sí mismos, así como una desconfianza hacia sus compañeros y supervisores, que puede afectar a su rendimiento en el trabajo. Todo ello va acompañado de insomnio, pesadillas, aumento o disminución del apetito, mayor consumo de tabaco, alcohol o drogas, retraimiento social y absentismo laboral
(Mezey y Shepherd 1994).

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