Las zonas bajas o depresiones suelen utilizarse como vertedero de materiales residuales hasta que se nivelan con las áreas colin- dantes. Entonces, se aplastan los residuos, se cubren con tierra y se pasa una apisonadora. A continuación, el terreno puede utili- zarse para edificar o con otros fines.
Para que la operación de vertido controlado sea satisfactoria debe elegirse el lugar teniendo en cuenta la proximidad de tube- rías, desagües, cables de energía, pozos de petróleo y gas, minas
o cualquier otro peligro. Los residuos se mezclan con tierra y se distribuyen de forma homogénea en una depresión o una zanja amplia. Cada capa vertida debe compactarse mecánicamente antes de añadir la siguiente.
Normalmente, se añade una capa de 50 cm de tierra por encima de los residuos y se compacta, dejando suficientes respi- raderos en el suelo para que pueda salir el gas producido por la actividad biológica. También debe procurarse un drenaje adecuado del área de vertido controlado.
A veces, los residuos, dependiendo de sus constituyentes, pueden entrar en ignición en el vertedero. Por esta razón, deben vallarse estas áreas adecuadamente y mantener una vigilancia permanente hasta que se considere que ha pasado el peligro de ignición. También hay que tomar las medidas necesarias para extinguir un posible incendio de los residuos en el vertedero.
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