La exposición laboral a la radiación visible e IR rara vez entraña riesgos y por lo general es beneficiosa. No obstante, algunas fuentes emiten una cantidad considerable de radiación visible provocando con ello la respuesta de aversión natural, por lo que hay pocas probabilidades de sobreexposición accidental de los ojos. En cambio, es muy probable que se produzca exposición accidental en el caso de fuentes artificiales que sólo emiten radia- ción en el infrarrojo próximo. Entre las medidas que pueden adoptarse para reducir al mínimo la exposición innecesaria del personal a la radiación IR están un diseño técnico adecuado del sistema óptico que se utilice, el uso de gafas o pantallas adecuadas, la limitación del acceso a las personas directamente relacionadas con el trabajo y la comprobación de que los trabaja- dores son conscientes de los riesgos potenciales que entraña la exposición a fuentes de radiación intensa visible e infrarroja. El personal de mantenimiento que sustituya lámparas de arco deberá poseer una formación adecuada para evitar cualquier exposición peligrosa. Es inadmisible que los trabajadores padezcan eritema cutáneo o fotoqueratitis. Si se produjesen estos procesos, deberán examinarse los métodos de trabajo y adoptarse medidas que garanticen la improbabilidad de sobreexposición en el futuro. Las operarias gestantes no corren riesgos específicos de radiación óptica por lo que respecta a la integridad de su embarazo.
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