El número de muertos y heridos asociado con huracanes (tifones) ha descendido radicalmente en los últimos veinte años en las zonas en que se han implantado avanzados sistemas de alarma. Los pasos principales que hay que seguir para prevenir muertes y lesiones son los siguientes: identificar los datos meteorológicos previos que anuncian estas tormentas, y seguir su curso y su posible transformación en huracanes; dar la alarma con tiempo para permitir una evacuación inmediata, si es necesario; aplicar prácticas estrictas de ordenación del territorio y códigos rigurosos de construcción en zonas de alto riesgo, y elaborar planes de emergencia en este tipo de áreas para permitir una evacuación ordenada y disponer de refugios suficientes para los evacuados. Dado que se han estudiado en profundidad los factores meteorológicos que contribuyen a los huracanes, contamos con gran cantidad de información al respecto. Ahora bien, hacen falta más datos sobre la variación en incidencia e intensidad de los huracanes a lo largo del tiempo. Después de cada huracán debería evaluarse la eficacia de los planes de emergencia exis- tentes, y determinar si las construcciones protegidas contra la velocidad del viento están también protegidas contra los temporales.
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jueves, 25 de diciembre de 2008
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