Con un procedimiento similar al descrito en el apartado anterior, pero utilizando la ecuación (2) de la Figura 45.8, se obtendrá el valor de la corriente de ventilación necesaria para prevenir problemas de salud. Para calcular este valor es necesario identi- ficar la sustancia o el grupo de sustancias químicas críticas que nos propongamos controlar y calcular sus concentraciones en el aire; también es necesario considerar diferentes criterios de evaluación, teniendo en cuenta los efectos del contaminante y la sensibilidad de los ocupantes a los que deseamos proteger niños o ancianos, por ejemplo.
Lamentablemente, sigue siendo difícil calcular las necesidades de ventilación a efectos de protección de la salud, debido a la falta de información sobre algunas de las variables que forman parte de los cálculos, como las emisiones de contaminantes (G), los criterios de evaluación para espacios interiores (Cv) y otras.
Los estudios realizados en este campo demuestran que en los espacios que precisan ventilación para conseguir condiciones confortables, las concentraciones de sustancias químicas son bajas. Ahora bien, esos espacios pueden contener fuentes de contaminación peligrosas. Lo mejor en estos casos es eliminar, sustituir o controlar las fuentes de contaminación en lugar de diluir los contaminantes mediante la ventilación general.
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martes, 2 de julio de 2013
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