jueves, 18 de julio de 2013

Conceptos y magnitudes

Las longitudes de onda de la radiación infrarroja (IR) están comprendidas entre 780 nm y 1 mm. Según la clasificación de la Comisión Internacional de Iluminación (CIE), esta banda se subdivide en IRA (de 780 nm a 1,4 m), IRB (de 1,4 ma3 m)
e IRC (de 3 m a 1 mm). Tal subdivisión se ajusta de manera aproximada a las características de absorción dependiente de la longitud de onda de la IR en el tejido y a los diferentes efectos biológicos resultantes.
La cantidad y la distribución temporal y espacial de la radiación infrarroja se expresan mediante diferentes magnitudes y unidades radiométricas. Debido a las propiedades ópticas y fisiológicas, especialmente del ojo, normalmente se hace una distin- ción entre fuentes “puntuales”, es decir, pequeñas, y fuentes
“extendidas”. El criterio para esta distinción es el valor en radianes del ángulo () medido en el ojo, subtendido por la fuente. Este ángulo puede calcularse como un cociente, divi- diendo la dimensión D1 de la fuente luminosa por la distancia de visión r. Las fuentes extendidas son aquéllas que subtienden un ángulo de visión en el ojo mayor que min, cuyo valor es normalmente de 11 milirradianes. Para todas las fuentes extendidas hay una distancia de visión en que  es igual a min; a distancias de visión mayores se puede tratar la fuente como puntual. En lo que a protección contra la radiación óptica se refiere, las magni- tudes más importantes relativas a las fuentes extensas son la radiancia (L, expresada en Wm-2sr-1) y la radiancia integrada en el tiempo (LP en J m-2sr-1), que expresan el “brillo” de la fuente.
A efectos de valorar el riesgo para la salud, las magnitudes más importantes relativas a las fuentes puntuales o extensas, a distan- cias de la fuente tales que min, son la irradiancia (E, expresada en Wm-2), que es equivalente al concepto de tasa de dosis de exposición, y la exposición radiante (H, en Jm-2), que equivale al concepto de dosis de exposición.

En algunas bandas del espectro, los efectos biológicos debidos
a la exposición dependen mucho de la longitud de onda. Por lo tanto, es preciso utilizar magnitudes espectrorradiométricas adicionales (por ejemplo, la radiancia espectral, L , expresada en Wm-2 sr-1 nm-1) para ponderar los valores físicos de la emisión de la fuente con el espectro de acción aplicable relacionado con el efecto biológico.



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