miércoles, 15 de agosto de 2007

Descompresión del personal de las cámaras hiperbáricas

Los programas de descompresión de aire de la Marina de EE.UU. se diseñaron para que la incidencia de ED no superara el 5 %. Se trata de un valor satisfactorio para el trabajo de inmersión, pero demasiado elevado para los trabajadores de las cámaras hiperbáricas en entornos clínicos. Los programas de descompresión para estos trabajadores se basan en los programas navales, pero debido a la frecuencia de la exposición, que suele estar en los límites de la tabla, es necesario prolongar notablemente los tiempos y sustituir por oxígeno el aire comprimido respirado durante la descompresión. Por prudencia, se recomienda realizar una parada de dos minutos mientras se respira oxígeno a una profundidad al menos tres metros mayor que la indicada en el programa descompresión elegido. Por ejemplo, si la tabla de la Marina de EE.UU. indica una parada de descompresión de tres minutos a tres metros, respirando aire, después de una exposición de 101 minutos a 2,5 ATA, un programa de descompresión aceptable para un trabajador de una cámara hiperbárica sometido a la misma exposición incluiría una parada de dos minutos a 6 m respirando oxígeno, seguida por otra de diez minutos a 3 m, respirando oxígeno. Cuando ponen en práctica los programas modificados de esta forma, la incidencia de ED entre los trabajadores es muy baja (Kindwall 1994a).
Además de proporcionar un “período de oxígeno” cinco veces superior para la eliminación del nitrógeno, el aporte de ese gas proporciona otras ventajas. Se ha demostrado que el aumento de la PO2 en la sangre venosa reduce la sedimentación sanguínea, la aglomeración de los leucocitos y el fenómeno de no reflujo, aumenta la flexibilidad de los eritrocitos y facilita su paso por los capilares, y contrarresta la disminución de la capacidad de deformación y filtrado de los leucocitos expuestos al aire comprimido.
Es evidente que todos los trabajadores que utilizan la descompresión con oxígeno han de recibir una formación adecuada y conocer el riesgo de incendios. No debe haber combustibles ni fuentes de ignición en el entorno de la cámara de descompresión; debe utilizarse un sistema de expulsión al exterior para extraer de la cámara el oxígeno exhalado y deben instalarse varios monitores con alarmas que se activen si el oxígeno de la cámara supera el 23 %.
El trabajo con aire comprimido o el tratamiento de pacientes clínicos en condiciones hiperbáricas puede tener unos resultados beneficiosos para el trabajo o para la remisión de la enfermedad, imposibles en otras condiciones. Si se siguen las normas para el uso seguro de estas técnicas, no hay riesgo significativo de daño disbárico para los trabajadores.

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