Ninguna de las tablas descompresión de aire que requieren la respiración de aire durante la descompresión, muy utilizadas actualmente, resulta segura para los trabajadores de los túneles. En Estados Unidos, se ha demostrado que los programas de la administración federal vigentes en materia de descompresión (Estatutos del Departamento de Trabajo de EE.UU. 1971) que exige la Occupational Safety and Health Administration (OSHA), producen ED en uno o más trabajadores el 42 % de los días laborables, cuando se utilizan a presiones entre 1,29 y 2,11 bars. A presiones superiores a 2,45 bares, se ha demostrado que producen una incidencia del 33 % de necrosis aséptica ósea (osteonecrosis disbárica). Las tablas británicas Blackpool también tienen fallos. Durante la construcción del metro de Hong Kong, el 83 % de los trabajadores que utilizaron estas tablas presentaron síntomas de ED. Asimismo, se ha demostrado que producen una incidencia de osteonecrosis disbárica de hasta un 8 % a presiones relativamente moderadas.
Las nuevas tablas de descompresión de oxígeno alemanas, elaboradas por Faesecke en 1992, se han utilizado con éxito en la construcción del túnel que atraviesa el canal de Kiel. Las nuevas tablas de oxígeno francesas también parecen excelentes en teoría, pero aún no se han utilizado en un proyecto de gran envergadura.
Con la ayuda de un ordenador, que analizó los datos de inmersiones comerciales con o sin éxito recopilados durante 15 años, Kindwall y Edel elaboraron las tablas de descompresión para cajones del US National Institute for Occupational Safety and Health en 1983 (Kindwall, Edel y Melton1983), a partir de un enfoque empírico que eliminaba los inconvenientes de los modelos matemáticos. Estos últimos se utilizaron únicamente para interpolaciones a partir de los datos reales. Los resultados de la investigación en la que se basaron las tablas muestran que cuando se respiraba aire durante la descompre- sión, el programa de las tablas no producía ED. Ahora bien, los tiempos utilizados eran excesivamente largos y, por lo tanto, poco prácticos para el sector de la construcción. Cuando se calculó la variante de oxígeno de la tabla, sin embargo, se observó que el tiempo de descompresión podía acortarse a tiempos similares, o incluso menores, a los de las tablas OSHA actuales, mencionadas antes. Las nuevas tablas se aplicaron posteriormente a individuos no habituados de distintas edades, a presiones entre 0,95 y 3,13 bars, variables en incrementos de 0,13 bars. Los niveles medios de trabajo se simularon mediante el levantamiento de peso y el uso del tapiz rodante durante la exposición. Los tiempos de exposición fueron lo más largos posible, combinando el tiempo de trabajo y el tiempo de descompresión y ajustándolos a una jornada laboral de ocho horas. Estos son los únicos programas que se utilizarán en la práctica real para el trabajo por turnos. No se describió ED durante las pruebas y la exploración y radiografías óseas no mostraron osteonecrosis disbárica. Hasta la fecha, estos son los únicos programas de descompresión probados en laboratorio que existen para los trabajadores en entornos de aire comprimido.
Las nuevas tablas de descompresión de oxígeno alemanas, elaboradas por Faesecke en 1992, se han utilizado con éxito en la construcción del túnel que atraviesa el canal de Kiel. Las nuevas tablas de oxígeno francesas también parecen excelentes en teoría, pero aún no se han utilizado en un proyecto de gran envergadura.
Con la ayuda de un ordenador, que analizó los datos de inmersiones comerciales con o sin éxito recopilados durante 15 años, Kindwall y Edel elaboraron las tablas de descompresión para cajones del US National Institute for Occupational Safety and Health en 1983 (Kindwall, Edel y Melton1983), a partir de un enfoque empírico que eliminaba los inconvenientes de los modelos matemáticos. Estos últimos se utilizaron únicamente para interpolaciones a partir de los datos reales. Los resultados de la investigación en la que se basaron las tablas muestran que cuando se respiraba aire durante la descompre- sión, el programa de las tablas no producía ED. Ahora bien, los tiempos utilizados eran excesivamente largos y, por lo tanto, poco prácticos para el sector de la construcción. Cuando se calculó la variante de oxígeno de la tabla, sin embargo, se observó que el tiempo de descompresión podía acortarse a tiempos similares, o incluso menores, a los de las tablas OSHA actuales, mencionadas antes. Las nuevas tablas se aplicaron posteriormente a individuos no habituados de distintas edades, a presiones entre 0,95 y 3,13 bars, variables en incrementos de 0,13 bars. Los niveles medios de trabajo se simularon mediante el levantamiento de peso y el uso del tapiz rodante durante la exposición. Los tiempos de exposición fueron lo más largos posible, combinando el tiempo de trabajo y el tiempo de descompresión y ajustándolos a una jornada laboral de ocho horas. Estos son los únicos programas que se utilizarán en la práctica real para el trabajo por turnos. No se describió ED durante las pruebas y la exploración y radiografías óseas no mostraron osteonecrosis disbárica. Hasta la fecha, estos son los únicos programas de descompresión probados en laboratorio que existen para los trabajadores en entornos de aire comprimido.
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