Los brotes de envenenamiento por vía alimentaria pueden deberse a la liberación de sustancias químicas tóxicas en el medio ambiente por la utilización de productos químicos en la manipulación y el procesamiento de los alimentos. Uno de los episodios más graves de este tipo se produjo en España (Spurzem y Lockey 1984; OMS 1984; Lancet 1983). En mayo de 1981, en los suburbios pobres de Madrid apareció un brote de un síndrome desconocido hasta la fecha. El fenómeno llegó a afectar a más de 20.000 personas.
En junio de 1982, 315 pacientes habían muerto (unas
16 muertes por cada 1.000 casos). Los síntomas clínicos iniciales incluían neumonía intersticial, diversas erupciones cutáneas, linfadenopatías, eosinofilia intensa y síntomas gastrointestinales. Prácticamente una cuarta parte de los supervivientes de la fase aguda requirieron hospitalización ulterior por alteraciones neuromusculares. Se observaron igualmente trastornos esclerodermáticos de la piel en esta fase tardía, junto con hipertensión pulmonar y fenómeno de Raynaud.
Un mes después de producirse los primeros casos, se descubrió que la enfermedad estaba asociada al consumo de aceite de colza desnaturalizado barato, vendido en recipientes de plástico sin etiqueta, y habitualmente adquirido a vendedores ambu- lantes. Las advertencias publicadas por las autoridades españolas contra el consumo del aceite sospechoso condujeron a un descenso radical del número de hospitalizaciones por neumonía tóxica (Gilsanz y cols. 1984; Kilbourne y cols. 1983).
Otro envenenamiento accidental masivo por vía alimentaria que ha sido ampliamente descrito sucedió en Japón (Masuda y Yoshimura 1984) y Taiwan (Chen y cols. 1984), y se relacionó con bifenilos policlorados (PCB).
En junio de 1982, 315 pacientes habían muerto (unas
16 muertes por cada 1.000 casos). Los síntomas clínicos iniciales incluían neumonía intersticial, diversas erupciones cutáneas, linfadenopatías, eosinofilia intensa y síntomas gastrointestinales. Prácticamente una cuarta parte de los supervivientes de la fase aguda requirieron hospitalización ulterior por alteraciones neuromusculares. Se observaron igualmente trastornos esclerodermáticos de la piel en esta fase tardía, junto con hipertensión pulmonar y fenómeno de Raynaud.
Un mes después de producirse los primeros casos, se descubrió que la enfermedad estaba asociada al consumo de aceite de colza desnaturalizado barato, vendido en recipientes de plástico sin etiqueta, y habitualmente adquirido a vendedores ambu- lantes. Las advertencias publicadas por las autoridades españolas contra el consumo del aceite sospechoso condujeron a un descenso radical del número de hospitalizaciones por neumonía tóxica (Gilsanz y cols. 1984; Kilbourne y cols. 1983).
Otro envenenamiento accidental masivo por vía alimentaria que ha sido ampliamente descrito sucedió en Japón (Masuda y Yoshimura 1984) y Taiwan (Chen y cols. 1984), y se relacionó con bifenilos policlorados (PCB).
No hay comentarios:
Publicar un comentario