El envenenamiento local es relativamente grave. La inflamación puede detectarse ya a los 15 minutos, aunque en ocasiones tarda horas en aparecer. Se extiende rápidamente y puede afectar a todo el miembro y al tronco adyacente. Se produce dolor asociado y sensibilidad dolorosa en los ganglios linfáticos locales. En los días siguientes pueden aparecer cardenales, equimosis y necrosis. La frecuencia y gravedad de esta última es notable tras la mordedura de algunas serpientes de cascabel, víboras con cabeza de lanza (género Bothrops), crótalos asiáticos y víboras africanas (géneros Echis y Bitis). Cuando el tejido envenenado está contenido en una zona estrecha, como el espacio pulpar de los dedos en manos o pies o en la zona anterior de la tibia, puede producirse isquemia. Si no se observa inflamación durante las dos horas siguientes a la mordedura de una víbora, existe cierta seguridad de que no se ha producido envenenamiento. Sin embargo, con algunas especies se produce un envenenamiento mortal aun sin manifestación de síntomas locales (p. ej., Crotalus durissus terri- ficus, C. scutulatus y víbora birmana de Russell).
Las alteraciones de la presión arterial son un rasgo común del envenenamiento por vipéridos. La hemorragia persistente en las heridas producidas por colmillos, en los puntos de venopunción o inyección, en otras heridas nuevas o parcialmente cicatrizadas y durante el posparto, indica que la sangre no se coagula. La hemorragia sistémica espontánea suele detectarse en las encías, pero también puede presentarse como epistaxis, hematemesis, equimosis cutánea, hemoptisis o hemorragias subconjuntival, retroperitoneal o intracraneal. Los pacientes envenenados por la víbora birmana de Russell pueden presentar hemorragia en la glándula pituitaria anterior (síndrome de Sheehan).
La hipotensión y el shock son frecuentes en pacientes con mordeduras de algunas serpientes de cascabel de América del Norte (p. ej., C. adamanteus, C. atrox y C. scutulatus), Bothrops, Daboia y especies de Vipera (p. ej., V. palaestinae y V. berus). La presión venosa central suele ser baja y la velocidad del pulso rápida, lo que indica hipovolemia, causada habitualmente por la extrava- sación de líquido en la extremidad en la que se ha producido la mordedura. Los pacientes envenenados por las víboras birmanas de Russell suelen mostrar signos de un aumento de la permeabi- lidad vascular. La presencia de anomalías en el ECG o arritmia cardíaca indican afectación directa del músculo cardíaco. Los pacientes envenenados por algunas especies de los géneros Vipera y Bothrops pueden experimentar desvanecimientos recurrentes transitorios, con signos de reacción autofarmacológica o anafiláctica, como vómitos, sudores, cólico, diarrea, shock o angioedema, que aparecen o apenas transcurridos cinco minutos o muchas horas después de la mordedura.
La insuficiencia renal es la principal causa de mortalidad en pacientes envenenados por víboras de Russell. En el plazo de unas horas pueden presentar oliguria y dolor en los riñones, que indica isquemia renal. La insuficiencia renal es también característica del envenenamiento por especies de Bothrops y C. d. terrificus.
En los pacientes mordidos por C. d. terrificus, Gloydius blomhoffii, Bitis atropos y D. russelii pulchella de Sri Lanka, se observa una neurotoxicidad similar a la provocada por los elápidos, en ocasiones con signos de rabdomiólosis generalizada. La progresión a parálisis respiratoria o generalizada es poco frecuente.
Las alteraciones de la presión arterial son un rasgo común del envenenamiento por vipéridos. La hemorragia persistente en las heridas producidas por colmillos, en los puntos de venopunción o inyección, en otras heridas nuevas o parcialmente cicatrizadas y durante el posparto, indica que la sangre no se coagula. La hemorragia sistémica espontánea suele detectarse en las encías, pero también puede presentarse como epistaxis, hematemesis, equimosis cutánea, hemoptisis o hemorragias subconjuntival, retroperitoneal o intracraneal. Los pacientes envenenados por la víbora birmana de Russell pueden presentar hemorragia en la glándula pituitaria anterior (síndrome de Sheehan).
La hipotensión y el shock son frecuentes en pacientes con mordeduras de algunas serpientes de cascabel de América del Norte (p. ej., C. adamanteus, C. atrox y C. scutulatus), Bothrops, Daboia y especies de Vipera (p. ej., V. palaestinae y V. berus). La presión venosa central suele ser baja y la velocidad del pulso rápida, lo que indica hipovolemia, causada habitualmente por la extrava- sación de líquido en la extremidad en la que se ha producido la mordedura. Los pacientes envenenados por las víboras birmanas de Russell suelen mostrar signos de un aumento de la permeabi- lidad vascular. La presencia de anomalías en el ECG o arritmia cardíaca indican afectación directa del músculo cardíaco. Los pacientes envenenados por algunas especies de los géneros Vipera y Bothrops pueden experimentar desvanecimientos recurrentes transitorios, con signos de reacción autofarmacológica o anafiláctica, como vómitos, sudores, cólico, diarrea, shock o angioedema, que aparecen o apenas transcurridos cinco minutos o muchas horas después de la mordedura.
La insuficiencia renal es la principal causa de mortalidad en pacientes envenenados por víboras de Russell. En el plazo de unas horas pueden presentar oliguria y dolor en los riñones, que indica isquemia renal. La insuficiencia renal es también característica del envenenamiento por especies de Bothrops y C. d. terrificus.
En los pacientes mordidos por C. d. terrificus, Gloydius blomhoffii, Bitis atropos y D. russelii pulchella de Sri Lanka, se observa una neurotoxicidad similar a la provocada por los elápidos, en ocasiones con signos de rabdomiólosis generalizada. La progresión a parálisis respiratoria o generalizada es poco frecuente.
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