Prevenir la violencia en el lugar de trabajo es, principalmente, responsabilidad de la empresa. Lo ideal sería desarrollar e implantar una política y un plan de actuación formales antes de que algún trabajador sea víctima de ella. Se trata de un proceso en el que no sólo deben intervenir los departamentos de recursos humanos, seguridad, asuntos legales y de salud y seguridad de los trabajadores, sino también los directivos de línea y otros represen- tantes de los trabajadores. Para ello, se han publicado unas guías (véase la Tabla 51.4), de carácter genérico, cuyo objetivo es que se adapten a las circunstancias de cada lugar de trabajo o sector. Los denominadores comunes son:
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