viernes, 27 de junio de 2014

Etiología

La característica esencial de los estímulos que producen mareo inducido por el movimiento es que éstos generan información discordante en los sistemas sensoriales que suministran al cerebro información acerca de la orientación espacial y el movimiento del cuerpo. El aspecto principal de esta discordancia es una desadap- tación entre las señales suministradas, principalmente, por los ojos y el oído interno, y las que el sistema nervioso central “espera” recibir y que estén correlacionadas.
Pueden distinguirse varias categorías de desadaptación. La desadaptación más importante es la de las señales procedentes del aparato vestibular (laberinto) del oído interno, en el que los canales semicirculares (los receptores especializados de las acele- raciones angulares) y los otolitos (los receptores especializados de las aceleraciones lineales) no suministran información concor- dante. Por ejemplo, cuando se efectúa un movimiento de cabeza en un coche o un avión que está girando, los canales semicircu- lares y los otolitos son estimulados de manera atípica y suminis- tran información errónea e incompatible, que difiere sustancialmente de la generada por ese mismo movimiento de cabeza en un entorno estable, de gravedad 1-G. De igual modo, las aceleraciones lineales de baja frecuencia (inferior a 0,5 Hz), como las que se producen a bordo e un barco en aguas agitadas o en un avión que atraviesa una turbulencia, generan también señales vestibulares contradictorias y, por lo tanto, son una causa potencial de mareo.
También puede ser un factor contribuyente importante el desacuerdo de la información visual y vestibular. Es más probable que se maree el ocupante de un vehículo en movi- miento que no puede ver el exterior que uno que dispone de una buena referencia visual externa. El pasajero que viaja bajo cubierta o en la cabina de un avión percibe el movimiento del vehículo mediante claves vestibulares, pero solo recibe informa- ción visual de su movimiento relativo dentro del vehículo. También la ausencia de una señal “esperada” y concordante en una modalidad sensorial determinada se considera la caracterís- tica esencial del mareo inducido visualmente, dado que las claves visuales de movimiento no van acompañadas de las señales vestibulares que el individuo “espera” que se produzcan cuando está sometido al movimiento indicado por la presenta- ción visual.

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