sábado, 7 de marzo de 2009

Fuentes dentro del edificio: Materiales y mobiliario de edificios (II)


El aglomerado se fabrica a partir de partículas finas de madera (aproximadamente de 1 mm) que se mezclan con resinas de FU (entre 6 y 8 % del peso) y se prensan en forma de paneles de madera. Se utiliza mucho para suelos, paneles de pared, estanterías y piezas de armarios y muebles. Las láminas de madera dura están unidas con resina de FU y se utilizan habitualmente para paneles de pared decorativos y piezas de muebles. Los paneles de fibra de densidad media (PFDM) tienen partículas de madera más finas que las utilizadas en los aglomerados, y también están unidas con resina de FU. Los PFDM se utilizan sobre todo en la fabricación de muebles. La fuente principal de formaldehído en todos estos productos es el que queda atrapado como residuo en el proceso de fabricación de la resina, en el que se requieren cantidades excesivas de formaldehído para que reaccione con la urea. Por consiguiente, cuanto más nuevo es el producto, mayor será la emisión, que irá disminuyendo en función del grosor del producto, de la fuerza de emisión inicial, de la presencia de otras fuentes de formaldehído, del clima local y del comportamiento de los ocupantes. La tasa de descenso inicial de las emisiones puede ser del 50 % durante los primeros ocho o nueve meses, tras los cuales el proceso se va haciendo mucho más lento. Pueden producirse emisiones secundarias debidas a la hidrólisis de la resina de FU, por lo que las tasas de emisión aumentan durante períodos de temperatura y humedad elevadas. Tras grandes esfuerzos por parte de los fabricantes, se han elaborado materiales de emisión reducida utilizando en la producción de resina una relación más baja (próxima a 1:1) de urea y formaldehído, además de eliminadores de formaldehído. Su regulación y la demanda por parte de los consumidores han dado lugar a un uso extendido de estos productos en algunos países.
Los materiales de construcción y los muebles liberan muchos otros COV que han despertado cada vez más interés durante los decenios de 1980 y 1990. La emisión puede corresponder a una mezcla compleja de compuestos, aunque algunos de ellos pueden ser predominantes. En un estudio de 42 materiales de construcción se identificaron 62 especies químicas diferentes. Los COV eran principalmente hidrocarburos alifáticos y aromá- ticos, sus derivados de oxígeno y terpenos. Los compuestos con mayores concentraciones de emisión continuada, en orden decreciente, fueron: tolueno, m-xileno, terpeno, n-butilacetato,
n-butanol, n-hexano, p-xileno, etoxietilacetato, n-heptano y
o-xileno. La complejidad de la emisión hace que los informes sobre las emisiones y concentraciones en el aire se basen en la concentración o la liberación de los compuestos orgánicos volátiles totales (COVT). En la Tabla 44.3 se dan ejemplos de las tasas de emisión de COVT para varios materiales de construcción. En ellos se observa que existen diferencias importantes en las emisiones entre unos productos y otros, lo que significa que si se dispusiera de datos suficientes se podrían elegir los materiales adecuados en la fase de planificación para reducir al mínimo la liberación de COV en edificios de nueva construcción.
Se ha demostrado que los conservantes de la madera son una fuente de pentaclorofenol y lindano en el aire y en el polvo del interior de los edificios. Se utilizan fundamentalmente para la protección de la madera frente a la exposición atmosférica y también en biocidas aplicados para evitar la desecación de la madera y el control de los insectos.




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