Si resulta que el aire exterior o reciclado está contaminado, las medidas de control que se recomiendan son el filtrado y la depuración. El método más eficaz para eliminar las partículas es utilizar  precipitadores  electrostáticos  y  filtros  mecánicos  de retención  (la  eficacia  de  éstos  últimos  será  mayor  cuanto  más precisa sea su calibración conforme al tamaño de las partículas que se desea eliminar).
La utilización de sistemas capaces de eliminar gases y vapores por  absorción  y  adsorción  químicas  es  una  técnica  raramente utilizada fuera del sector industrial; con todo, es habitual hallar sistemas  que  enmascaran  el  problema  de  la  contaminación, especialmente los olores, por ejemplo, utilizando ambientadores. Otras  técnicas  para  depurar  y  mejorar  la  calidad  del  aire utilizan ionizadores y ozonadores. El mejor principio en la utili- zación de estos sistemas para mejorar la calidad del aire, hasta que  se  conozcan  sus  verdaderas  propiedades  y  sus  posibles efectos perjudiciales para la salud es la prudencia.
Una vez que el aire ha sido tratado y enfriado o calentado, se reparte por los espacios interiores. Que la distribución del aire sea o no aceptable dependerá, en gran medida, de la elección, el número y la colocación de las rejillas difusoras.
Dadas las diferencias de opinión existentes sobre la eficacia de los distintos procedimientos para mezclar el aire, algunos diseña- dores han comenzado a utilizar, en algunas situaciones, sistemas distribuidores de aire que lo reparten a nivel del suelo o desde las paredes, en lugar de las rejillas de difusión colocadas en el techo. En cualquier caso, es preciso planificar cuidadosamente la ubicación de los registros de retorno para evitar cortocircuitar la entrada y salida de aire, lo cual impediría que se mezclase por completo, tal como puede verse en la Figura 45.3.
Según  el  grado  de  compartimentación  de  los  espacios  de trabajo,   la   distribución   del   aire   puede   presentar   diversos problemas. Por ejemplo, es posible que en los espacios abiertos provistos de rejillas de difusión en el techo el aire de la habita- ción  no  se  mezcle  por  completo.  Y  el  problema  se  agrava cuando el sistema de ventilación suministra volúmenes variables de  aire.  Los  conductos  de  distribución  de  estos  sistemas  están provistos de terminales que modifican la cantidad de aire suministrado a dichos conductos en función de los datos recibidos de los termostatos de zona.

 
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