miércoles, 3 de noviembre de 2010

Evacuación de los ocupantes Diseño de las vías de escape

El diseño de las vías de escape debe basarse en una evaluación previa del sistema global de protección contra incendios (véase la Figura 41.5).
La evacuación de las personas que se encuentran en un edificio en llamas depende de sus reacciones durante la huida, pues deben tomar diferentes decisiones según la situación. Dichas reacciones varían mucho dependiendo de las capaci- dades físicas y mentales de cada cual.
El propio edificio influye en las decisiones tomadas por los ocupantes en su huida, a través de la señalización y de los sistemas de seguridad instalados. La propagación del incendio y del humo es el factor que más repercute en la toma de decisiones de los ocupantes. El humo limita la visibilidad en el edificio y crea un ambiente irrespirable. La radiación del fuego y las llamas afectan a grandes espacios, que dejan de ser utilizables para la evacuación, lo que aumenta el riesgo.
Para diseñar las vías de escape de un edificio es necesario conocer primero la reacción de los ocupantes y sus patrones de movimiento en caso de incendio.
Las tres fases de una evacuación son: aviso, reacción y evacua- ción. La fase de aviso depende de si existe un sistema de alarma en el edificio, de si los ocupantes pueden comprender o no la situación o de la forma de compartimentación del edificio. La fase de reacción se relaciona con la capacidad de los ocupantes para tomar decisiones, de las características del incendio (como cantidad de calor y de humo) y del sistema de vías de escape del edificio. Por último, en la fase de evacuación influyen los puntos donde se pueden formar aglomeraciones y del comportamiento de los ocupantes en las distintas situaciones
En edificios concretos donde es habitual la movilidad de sus ocupantes, por ejemplo, se han realizado estudios que mues- tran algunas características reproducibles de los flujos de personas saliendo de edificios, lo que ha permitido realizar simu- laciones y modelizaciones informáticas para diseñar las vías de escape.
Los recorridos de evacuación deben proyectarse en función del peligro del incendio, ya que cuanto mayor sea el peligro, menor debe ser la distancia hasta la salida de emergencia.
Una salida segura de un edificio exige unas vías de escape seguras entre el lugar del incendio y el exterior. Por lo tanto,



deben existir suficientes vías de escape, estar debidamente proyectadas y tener la capacidad adecuada. Debería haber, como mínimo, una vía de escape alternativa, dado que, por ejemplo, el incendio, el humo y las características de los ocupantes pueden llegar a impedir el uso de las vías de escape. Estas últimas han de estar protegidas del fuego, el calor y el humo durante el tiempo que dure la salida. Así, en los códigos de construcción debe considerarse la protección pasiva para la evacuación y, lógicamente, para la protección contra incendios. Un edificio debe responder a situaciones críticas, tal como se recogen en las normativas sobre evacuación. Por ejemplo, en Suecia, el Código de la construcción establece que la capa de humo no debe descender por debajo de 1,6  0,1H (siendo H la altura total del compartimiento), la radiación máxima ha de ser de 10 kW/m2 y de corta duración y la temperatura ambiental no debe exceder los 80 C.
La evacuación será efectiva si el incendio se detecta en su fase inicial y los ocupantes son avisados rápidamente a través de los sistemas de detección y alarma. Una señalización adecuada de las vías de escape facilita considerablemente la evacuación. Asimismo, es importante la organización y realización de simu- lacros de evacuación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario