Desde el punto de vista de la contaminación, el aire interior no industrial muestra varias características que lo diferencian del aire exterior, o aire atmosférico, y del aire del medio ambiente industrial. Además de los contaminantes presentes en el aire atmosférico, el aire interior también contiene contaminantes generados por los materiales de construcción y por las actividades que tienen lugar en el interior del edificio. Las concentraciones de contaminantes en el aire interior tienden a ser iguales o infe- riores a las existentes en el aire atmosférico, dependiendo de la ventilación; los contaminantes generados por los materiales de construcción suelen ser diferentes de los presentes en el aire atmosférico y pueden encontrarse a concentraciones elevadas, mientras que los generados por las actividades desarrolladas en el interior del edificio dependen de la naturaleza de estas activi- dades y pueden tener concentraciones similares a las existentes en el aire atmosférico, como en el caso del CO y el CO2.
Por este motivo, el número de contaminantes presentes en el aire interior no industrial es amplio y variable y los niveles de concentración son bajos (salvo en los casos en los que existe una importante fuente de producción); varían según las condiciones atmosféricas/climatológicas, el tipo o las características del edificio, su ventilación y las actividades desarrolladas en su interior.
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