En la Figura 46.21 se ilustra una oficina típica con valores relativos de iluminancia (de un sistema de iluminación general de techo) sobre las superficies principales de la habitación, junto con recomendaciones de reflectancia. El ojo humano tiende a ser atraído a la parte más brillante de la escena visual. De ello se deduce que habitualmente se producen valores superiores de luminancia en las áreas de realización de tareas visuales. El ojo humano reconoce los detalles de una tarea visual distinguiendo entre las partes más claras y más oscuras de la misma. La variación en el brillo de una tarea visual se determina calculando el contraste de luminancias:
donde
Lt = luminancia de la tarea;
Lb = luminancia del fondo;
y ambas luminancias se miden en cd•m–2.
Las líneas verticales de esta ecuación significan que todos los valores de contraste de luminancias han de considerarse positivos.
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