La última opción para reducir la exposición de los trabaja- dores al ruido consiste en tratar el espacio o área en el que trabaje el empleado. Esta opción es la más práctica para aque- llas actividades laborales, como la inspección de productos o los puestos de vigilancia de equipos, en las que limitan los movi- mientos del empleado estás limitados a una zona relativamente pequeña. En tales casos, se puede instalar una garita o cabina insonorizada para aislar al empleado y protegerle de los niveles de ruido excesivos. La exposición diaria al ruido se reducirá en tanto en cuanto se pase una parte importante del turno laboral dentro de la cabina. Para construir una cabina de este tipo, es conveniente consultar las directrices anteriormente descritas referentes al diseño de cerramientos.
Como conclusión, la implantación de un programa eficaz de
“adquisición de productos sin ruido” debe ser el paso inicial de un proceso total de control del ruido. Este enfoque está concebido para evitar la compra o instalación de equipos que puedan presentar problemas de ruido. Sin embargo, en los casos en los que ya existen niveles de ruido excesivos, será necesario evaluar la opción más práctica de control técnico para cada fuente de ruido. Al determinar la prioridad relativa y la urgencia de la implantación de medidas de control del ruido, será preciso considerar la exposición de los trabajadores, la ocupación del espacio y los niveles de ruido de toda la zona. Obviamente, un aspecto importante del resultado deseado es que se consiga reducir al máximo la exposición del trabajador al ruido para la inversión económica realizada y que al mismo tiempo se ofrezca al trabajador el máximo grado de protección.
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