Con la exposición continuada o repetida a un determinado movimiento provocador de mareo, la mayoría de los individuos experimentan una reducción de la severidad de los síntomas; normalmente después de tres o cuatro días de exposición continua (por ejemplo a bordo de un barco o en un vehículo espacial) se han adaptado al movimiento y pueden realizar sus tareas habituales sin discapacidad. En relación con el modelo de
“discordancia”, esta adaptación o habituación representa el establecimiento de una nueva serie de “expectativas” en el sistema nervioso central. Ahora bien, al regresar a un entorno familiar, estas expectativas dejarán de ser adecuadas y puede que se repitan los síntomas de mareo (mareo del desembarque) hasta que se produzca la readaptación. Los individuos difieren considerable- 3 z mente en su velocidad de adaptación, en la forma de mantener ésta y en el grado en que pueden generalizar la adaptación protectora de un entorno de movimiento a otro. Lamentable- mente, una pequeña proporción de la población (probablemente alrededor del 5 %) no consigue adaptarse o lo hace con tal lentitud que continúa experimentando síntomas durante todo el período de exposición al movimiento provocador de mareo.
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